Con los años diseñó y construyó su casa-taller donde nos acogió hospitalariamente en las vacaciones de fiestas patrias en 2008. Fueron 4 días de largas sobremesas conversando de nuestras vidas, de lo humano y lo divino, recordando la Escuela a los amigos y compañeros, a los vivos y a los que partieron antes.
Aunque se asimiló a la cultura argentina, preparaba el asado como ellos saben hacerlo, nunca dejó de sentirse chileno y su música de compañía la obtenía de radios chilenas. Lamentablemente antes de regresar recibí la terrible información confidencial de que padecía una grave enfermedad degenerativa de orígen genético e incurable.
Uno de sus últimos viajes a Chile fue en febrero 2009, cuando nos juntamos un pequeño grupo
en el Hotel del Casino. (Adjunto fotos). Nada hacía presagiar que antes de un año ya no estaría con nosotros. Luego vino a sepultar a su querido padre a mediados 2009. Fué la última vez que compartimos sentimientos.
Pedro está ahora descansando en paz. Espero con profunda fe reencontrarnos en la resurrección, con nuestro maestro Pino Sanchez, con Lucho Fresno, con la Alejandra y tantos otros...
Un abrazo sincero de pésame a todos los compañeros, a su esposa, hijos y nietos.
Esperamos acompañarlos en su regreso al mar de Valparaíso a cumplir su última voluntad.
Parece ayer cuando nos reunimos con él aquella noche en casa de Raúl, me quedará ese recuerdo alegre con sus historias del otro lado de los Andes, que lo formaron en la escuela de la vida como extranjero. Pedro descansa en Paz.
Alex Campbell C.
German Valenzuela
Querido Pedro:
Me vienen a la memoria las largas y conversadas tardes junto a un tazón de té con Pino Sanhez, Silvato, Mendez, Bernardo, Lara, todos amigos y compañeros del Taller de calle Condell en Recreo.
Retengo tu mirada repleta de bondad, tu sonrisa labial como compañera fiel de la palabra oportuna y el mejor consejo. Siempre abrigué el anhelo que algún día iría a Mendoza para compartir una espesa copa de malbec. Recuerda, que quede pendiente porque arrieros somos y en el camino nos encontraremos...
Descansa en paz, tu que te hiciste extranjero para encontrar el destino...
Tu amigo, Jonás
Queridos amigos:
Me ha costado mucho asumir la partida de Peter, con quien tuve la suerte de compartir gratos momentos mientras fuimos compañeros en la escuela, cuando trabajamos juntos en el taller de Condell con Pino Sánchez, y luego cuando lo vi, de tanto en tanto en Mendoza, la última de ellas en Octubre de 2008.
Quisiera, a manera de un homenaje a su memoria, compartir con todos ustedes algunas reflexiones que nos ayudan a recordarlo un poco mejor.
Pedro era un hombre de corazón grande, generoso y transparente, incapaz de albergar en él la envidia, los celos ni los resentimientos, y dispuesto siempre a compartir lo que tenía y lo que sabía, destacando siempre por ello en un medio donde la competitividad y el recelo eran el pan de cada día. El estaba más allá de todo eso, y su candoroso espíritu era una casa con las puertas abiertas de par en par, dispuestas a recibir a quien le brindara una amistad sincera y desinteresada.
De esa amistad inabarcable, como el océano de su Valparaíso natal, tuvimos la suerte de disfrutar algunos de nosotros que estuvimos más cerca suyo, y creo que el recuerdo de su personalidad laboriosa, su innegable simpatía y su sonrisa franca, nos va a acompañar por siempre.
Peter pidió volver a la aguas de ese mar que lo vió nacer y crecer, ese infinito camino azul que contemplaba desde su ventana del cerro Florida, por el que, seguramente soñaba partir un día. Estaremos con él cuando regrese a su querido puerto, y navegaremos juntos de nuevo, contemplando esa extraña ciudad cuyas callejuelas recorrimos tantas veces, como buscándonos a nosotros mismos.
Un abrazo de Juan Silva.